Estimular a un bebé a veces es más fácil de lo que uno piensa, utilizando elementos del hogar podemos hacer que el niño interactúe con su entorno y vaya desarrollándose. El espejo es uno de esos elementos muy útiles para estimular.
Hay varios beneficios que pueden surgir del juego de un niño con este objeto, sentarlo frente a él, llamando su atención en el reflejo y conversándole puede ser una experiencia enriquecedora para el bebé. También se le puede dejar solo frente al espejo, para que pueda moverse con libertad y de a poco vaya reconociendo sus movimientos.
4 Beneficios del juego con espejo en niños pequeños
- Favorece el reconocimiento de su imagen: los bebés ya alrededor de los 18 meses saben que el reflejo que ven es suyo, pero ponerlo delante de un espejo los meses anteriores potencia este proceso.
- Desarrollo cognitivo: el juego con espejo ayuda a que el niño desarrolle la perspectiva y el procesamiento de información. Al reconocer sus movimientos logra una mayor precisión y coordinación en los movimientos y la relación que mantiene con distintos elementos.
- Desarrollo motor: a medida que crece va relacionando los movimientos gruesos que hace con los que ve reflejados en espejo, por lo que ayuda a que se desarrollen los movimientos como sentarse, rodar, gatear y por ultimo cuando llega a pararse.
- Genera empatía: el mirarse en él, ver respuesta a sus gestos y sonrisas permite que el niño aprenda a sentir empatía por los demás, ya que reacciona a las emociones que conllevan los gestos faciales.
Puedes dejar al niño solo frente al espejo o acompañándolo, para que de esta forma tú medies la interacción que tiene con él. El movimiento de brazos y piernas, los gestos faciales y las distintas distancias que tomemos de este objeto tan cotidiano permiten al niño descubrir su imagen y lo que compone el entorno.