A veces algunos niños pueden pasar por una etapa en que suelen oponerse a todo lo que se les presente, o hay algunas cosas que no les gustan y no desean hacer, por lo que se niegan a lo que les dices.
Es importante aprender a lidiar con la oposición de tu hijo, pero también a poner límites para mejorar tu frustración y la de tu hijo.
Por qué los niños caen en la “Etapa del no”
Usualmente los niños que suelen decir que no buscan sentir autonomía y consolidar su independencia, por esto desean hacer las cosas solos o se niegan a ciertas órdenes. Estas experiencias son esenciales para que los niños luego puedan definirse como personas independientes, pero a veces hay que poner límites por la seguridad física y psicológica de tu hijo.
Cómo manejar los no en los niños:
- Dar alternativas: si le das solo una opción es probable que aparezca el no como respuesta, pero si puede elegir entre opciones se sentirá inclinado a tomar una decisión. Esto también lo ayudará en la búsqueda de su autonomía.
- Observar las reglas: a veces si un niño vive rodeado de reglas, buscará rebelarse y no sentirse tan controlado. Si le impones reglas en exceso, intenta flexibilizar algunas para también apoyar su conducta independiente.
- Amplía el no: frente a una negativa de tu hijo intenta conversar con él, preguntándole la razón de ese no, y que idealmente ofrezca una alternativa a lo que no quiere hacer. Por ejemplo, si no quiere ponerse unos zapatos, que elija otros.
- Reglas con sentido: es importante ser firmes en algunas decisiones, manteniendo cierta estructura de relación entre padre/madre e hijo, con consecuencias adecuadas a las acciones. Todo esto, explicando las razones de ciertas reglas, y ofreciendo alternativas a algunas órdenes.
- Modelo de comportamiento: los padres y adultos que se encuentran en el entorno del niño son el modelo a seguir que tienen. Es por esto que es importante evitar decir que no a ciertas conductas de los niños, como “no toques eso”, o “no juegues con eso”, es mejor plantearlo sin la negatividad.
Frente a esta situación recuerda mantener la paciencia, para evitar que termine en una rabieta del niño y pueda sentir que empatizas con él y sus deseos.